En una emotiva y concurrida reunión celebrada el día de ayer en el restaurante El Cortijo, nuestra venerada cofradía llevó a cabo su Asamblea General Ordinaria, un evento que año tras año marca un hito en nuestra historia compartida. Antes de sumergirnos en los asuntos de la agenda, los asistentes tuvieron el placer de disfrutar del tradicional chocolate con churros, una delicia que forma parte de nuestras raíces y que nos conecta con nuestra esencia.
Con una asistencia notable de cerca de 400 hermanos, la asamblea fue un espacio de encuentro donde las vivencias y anécdotas se entrelazaron, enriqueciendo el vínculo que nos une como familia cofrade.

La presencia del cura párroco Don Alberto Rodríguez bendiciendo los bienes y compartiendo su sabiduría espiritual, añadió un sentido de solemnidad y unidad a la ocasión.

El punto álgido de la jornada llegó con el nombramiento del mayordomo para el año 2024, siendo Don Javier Herrero Alonso quien recibió con emoción y gratitud la vara de mando de manos del mayordomo saliente, Don Fernando Valdés Sanz. En un discurso cargado de sentimiento y lágrimas de alegría, Javier expresó su compromiso y honor al asumir tan importante responsabilidad al frente de nuestra cofradía.

El traspaso de poderes continuó con la entrega del banderín distintivo, simbolizando la transición del liderazgo de la cofradía. Tanto el banderín entrante Don Fernando Valdés Sanz como el hermano Don José Antonio López Martín , quien hizo la entrega, compartieron palabras de agradecimiento y reconocimiento hacia nuestra hermandad, resaltando el arropo que han recibido de sus hermanos.

La jornada también estuvo marcada por el emocionante momento de la lista de carga, donde uno a uno y por riguroso orden de lista, los hermanos fueron nombrados para portar nuestros santos pasos. Entre cánticos de «La Paz» y » Los Afligidos», 28 hermanos fueron designados con orgullo para esta sagrada tarea. Incluso los más jóvenes, llenos de ilusión, escucharon sus nombres, pero con la restricción de la edad, tuvieron que decir «No», sabiendo que en el futuro tendrán el honor de llevar nuestros santos pasos cuando alcancen la mayoría de edad.

Con un sentimiento de pertenencia, la Asamblea General Ordinaria llegó a su fin alrededor del mediodía, dejando en todos los presentes la certeza de que nuestra cofradía sigue siendo un faro de hermandad y tradición en nuestra comunidad.